No cabe ninguna duda. Nos hallamos en el año de Alemania. Tanto a nivel de selecciones como de clubes, las escuadras alemanas han demostrado que son las más poderosas del planeta.
El año 2007 empezó de la mejor manera posible para la selección teutona. El combinado alemán se impuso como local en el pasado Mundial, sucediendo en el palmarés a España, a la que derrotó en cuartos de final.
Entre finales de marzo y principios de abril el balonmano alemán protagonizó otra machada. Dos representantes de la Bundesliga, el Kiel y el Flensburg, consiguieron el billete para la final de la Liga de Campeones, tras eliminar al Portland San Antonio y al BM Valladolid, respectivamente. Ambas eliminatorias se decantaron del lado germano por sólo un tanto de diferencia. Finalmente, el Kiel, con Karabatic y Zeitz de estrellas, se proclamó campeón de Europa el pasado fin de semana, ocupando el trono del BM Ciudad Real.
En la Copa EHF, el campeón también es alemán. El potente Magdeburgo apartó del título al CAI Aragón con más dificultades de las previstas. El cuadro maño, amparándose en la veteranía de Mariano Ortega y en el acierto en la portería de Beno Lapajne, puso en serias dificultades a los teutones. La clave estuvo en el partido de ida, en el que los españoles como locales no pudieron pasar de un empate a 30 goles.
En la Recopa, la fortuna también estuvo estuvo del lado alemán. El Hamburgo, merced al valor doble de los goles en campo contrario en caso de igualdad, se hizo con el trofeo. Los germanos anotaron un tanto a falta de 10 segundos y convirtieron el sueño del Caja España Ademar en una pesadilla.
El balonmano alemán merece nuestras más sinceras congratulaciones. Un dominio tan aplastante no puede ser casual. Y es que el año 2007 será recordado como el del balonmano germano.