Óscar Freire es un seguro de vida. El ciclista cántabro es uno de esos deportistas que no acostumbra a perdonar. Esta tarde ha vuelto a mostrar su categoría en la Milán-San Remo.
El de Torrelavega se ha impuesto en la más larga de las clásicas con una facilidad inusitada. Se situó con astucia a la rueda del italiano Alessandro Petacchi, cuyo equipo, el Milram, tomó la iniciativa para preparar el triunfo del transalpino. Pero Freire supo abrirse hacia la izquierda para superar en el sprint a sus oponentes con una superioridad aplastante.
La de este sábado es la cuarta victoria española en la Milán-San Remo. El corredor del Rabobank ya triunfó en la edición de 2004 y, anteriormente, Miguel Poblet ganó en 1957 y 1959.
El historial de Óscar Freire es imponente. Sin duda, será recordado por sus tres títulos mundiales de ciclismo en ruta. Aunque sus gestas van mucho más allá. Ha conseguido cuantiosas victorias de etapa en las grandes vueltas y ha cosechado numerosos entorchados en las clásicas más renombradas del planeta.
El gran mérito del cántabro es sobreponerse a la modestia de su escuadra y superar a las formaciones más poderosas del panorama. Mientras Alessandro Petacchi, el veterano Erik Zabel o Tom Boonen cuentan en sus filas con lanzadores de lujo, el español tiene que ingeniárselas él solo. Sus conquistas las fundamenta en la inteligencia, en el corazón y, por supuesto, en la calidad.
Sin embargo, ni prensa ni afición le dispensan la atención que merece. Los hinchas españoles son fervientes seguidores de las grandes vueltas por etapas, mas hacen caso omiso al resto de pruebas del calendario. Grave error. Si Freire fuese belga u holandés, sería un héroe nacional en aquellos lares. Pero es español; ésa es su desdicha.
1 comentario:
k merito y k grand k es ste freire. siempre acab ganand muxas carreras. y eso k su ekip anda bastant justito!
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