Suele comentarse en los mentideros de la fórmula 1 que hasta la celebración del primer gran premio se desconoce la situación en la que acude cada escudería a la competición. Pues bien, la prueba inaugural ha disipado todas las dudas habidas y por haber.
Ferrari asusta. La escudería de Maranello exhibió en Australia una superioridad aplastante. Kimi Räikkönen dominó el certamen de principio a fin. Sus contrincantes únicamente pudieron rendirse a la evidencia.
El 'hombre de hielo' debutó con los bólidos rojos de manera inmaculada. Consiguió un meritorio triunfo, si bien se vio favorecido por la rotura de la caja de cambios que padeció su compañero Felipe Massa en la sesión clasificatoria. El brasileño era a priori el candidato número uno para coronarse en el trazado de Albert Park, pero el infortunio se cebó en él. El otrora escudero de Michael Schumacher, de igual modo, realizó una carrera sensacional, ya que tuvo que partir desde la última fila de la parrilla y remontó hasta clasificarse en una destacada sexta posición.
Ferrari intimida. Sólo Fernando Alonso puede evitar que la presente temporada sea un paseo triunfal para el 'cavallino rampante'. El asturiano, a pesar de cosechar un excelente segundo puesto, se vio eclipsado por el esperanzador debut de Lewis Hamilton. El jovencísimo británico obtuvo una formidable tercera plaza y puso en aprietos durante buena parte de la prueba al bicampeón.
En McLaren-Mercedes no existe primer piloto. Los dos monoplazas parten en igualdad de condiciones. Si Alonso es más rápido que su compañero, tendrá que demostrarlo en la pista. Hamilton no le facilitará las cosas. Parece repetirse lo acaecido con Fisichella durante las dos campañas precedentes. Si el 'meteorito asturiano' piensa que Hamilton será un fiel escudero, se equivoca.
Fernando Alonso, por tanto, puede encontrarse con el enemigo en casa. Su escudería es anglogermana y nada hace más felices a los británicos que las gestas de sus pilotos. Precisamente, Lewis Hamilton es su gran esperanza. Desean que ocupe el vacío dejado por campeones de la talla de Nigel Mansell o Damon Hill, aunque sea a costa de un bicampeón mundial como el español.
Pero que nadie se lleva al engaño. Hamilton es un campeón en potencia, pero de ahí a que en la temporada de su estreno asalte al título media un abismo. El gran problema de Fernando Alonso es de color rojo y tiene su origen en Italia. Ferrari intimida.
2 comentarios:
Alonso es un gran piloto, pero raikkonen es aun mejor. Con un coche rapido puede batir a cualquiera. Força kimi!!
No entiendo qué manía tiene la gente de ir en contra de Alonso. Los ingleses van con Hamilton, los alemanes iban con Schumacher, ¿por qué hay muchos españoles que no van con Alonso?
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